Amor profundo, amor intenso.

En temporada de primavera, una pareja caminaba por un sendero lleno de rosas fogosas en tinta roja, que estaban dentro de un campo verde, matizado de amarillo y naranja. La pareja se sentía fuertemente cautivada, su

respirar y latir iban en son de cada suspiro de amor, que exhalaban con una pasión que encendía hasta las aguas mas tranquilas. 
Este amor tan profundo y real, se les hacia fácil de manejar, debido a que sus mentes estaban en sintonía con la misma imagen, imagen que proyectaba un futuro eterno, tomados por siempre de aquellas manos que se hacían solo una. La sinceridad de este amor les era tan satisfactoria, que sentían la vida de ambos una sola.
Lograron ser el uno para el otro, se juraron amor eterno sin pensar en el juego del destino. Abrieron sus alas y volaron al espacio, donde sus almas se acoplaron infinitamente. Eran almas gemelas, en donde el amor no se escoge, se siente y no se define por un compromiso, mas bien, era definido como ellos mismos en un solo cuerpo. Dejaron vibrar los latidos de su corazón al ritmo de una estrella que parpadea sin miedo a perder su luz, se amaron infinitamente sin pensar en el por venir de la vida. Solo pensando en el vivo amor que presenciaban en cada roce, en cada mirada, en cada beso, en cada suspiro.
Su amor es imposible de entender, cuando nunca se ha sido cautivado con tanta ternura, con tanta naturalidad, con tanta sinceridad. El amor en simples palabras, no deja de ser inexplicable, debido a que la única manera de comprenderlo, es cuando nos ha tocado fuertemente y sin duda alguna, el corazón.